La triste realidad de la depresión infantil

La depresión no se limita a personas adultas; también afecta a niños pequeños. Saber reconocer los síntomas y tener conciencia de este trastorno mental puede evitar que tus hijos enfermen.

La depresión en los más jóvenes

En España, uno de cada diez adolescentes sufre depresión, y desde 2009, los casos de esta enfermedad mental en jóvenes y niños ha aumentado un 27%. Es un motivo de alarma social y es importante reconocer que hay un problema y tratarlo.

La depresión está causada por varios factores que generalmente afectan al balance emocional de las personas, es importante no ignorarlos cuando los vemos en familiares y amigos, y brindar toda la ayuda necesaria, especialmente si los reconocemos en nuestros hijos. Siempre hemos de tener en cuenta que la depresión es una enfermedad tratable, y que recurrir a un especialista nunca es síntoma de debilidad ni debe ser motivo de vergüenza.

La depresión puede ser una manifestación de estrés, ansiedad, privación emocional y baja autoestima. Los niños que sufren de este desequilibrio emocional pueden desarrollar algún trastorno de la personalidad si no se los atiende; la depresión no es una enfermedad contagiosa, pero puede afectar a toda la población por igual. Los niños deprimidos son niños que han pasado por una agitación emocional que no saben cómo gestionar.

Una comunicación y apoyo constantes pueden abordar las necesidades de nuestros hijos para hacer frente a su depresión. Los padres debemos poder ofrecer ayuda, hablando con nuestros hijos y animándolos a desahogarse y a exponer sus sentimientos y otras emociones reprimidas. Nunca debemos ignorar la posible depresión de nuestros hijos, pese a los estigmas que todavía pesan sobre las enfermedades mentales, debemos hacer algo al respecto antes de que sea demasiado tarde.

Causas de la depresión infantil

Ya sea entre adultos, adolescentes o niños, la depresión es una condición médica causada principalmente por el desequilibrio de las sustancias químicas que se encuentran de manera natural en nuestro cerebro. Esta inestabilidad hace que una persona experimente constantemente sentimientos de soledad, negatividad, tristeza y falta de motivación.

Aunque en la mayoría de personas estos sentimientos son algo temporal, en otras puede durar por períodos prolongados de semanas a años y convertirse en una enfermedad grave. Las causas de ciclos prolongados de depresión incluyen componentes genéticos, además del estrés, la desilusión, y eventos circunstanciales, como desastres naturales y desgracias. En los más jóvenes, las causas más comunes están provocadas por factores como la ruptura de relaciones, enfermedades graves, pérdida trágica en la familia, un cambio de escuelas, divorcio en la familia, y un abuso físico y psicológico, entre otros. En realidad, la investigación ha demostrado que, en algunos individuos, la depresión puede no tener un desencadenante externo. Los casos depresivos agudos pueden ser hereditarios, de modo que si los padres son propensos a la depresión, es muy posible que también lo sufran sus hijos.

La depresión infantil perjudica la capacidad del niño para vivir, disfrutar o incluso participar en las actividades típicamente normales como hacen sus compañeros. En muchos casos, los jóvenes pueden sufrir una depresión leve, generalmente llamada distimia, que pese a ser también es una forma a largo plazo de depresión, tiene síntomas menos graves en comparación con el trastorno depresivo mayor. La forma más grave de depresión a la que los niños y adolescentes son susceptibles es la depresión maníaca, también llamada trastorno bipolar. Esta forma de caso depresivo se caracteriza principalmente por cambios agudos en el estado de ánimo que van desde la felicidad aleatoria hasta la experiencia extrema de tristeza.

¿Cómo saber si mi hijo está deprimido? Síntomas e indicios

Los síntomas de la depresión de los jóvenes hacen que sea más difícil de diagnosticar y tratar porque varían de los que muestran los adultos. Los jóvenes con depresión no necesariamente se sienten tristes como los adultos, sino que su irritabilidad y berrinches constantes son los principales signos o indicadores de este trastorno, y se pueden confundir con un comportamiento normal debido a su edad. La mayoría de los jóvenes que sufren de casos depresivos tienen dificultades para concentrarse, dormir y mantener una conversación con adultos. Siempre se sienten agotados y desinteresados ​​en las actividades en grupo. Como resultado, tienen un bajo rendimiento en el colegio, no hacen amigos y tienen constantes problemas de comportamiento en casa o la escuela. Los ciclos persistentes de depresión no tratada en adolescentes pueden llevarlos al abuso del alcohol y las drogas cuando intentan escapar de sus desencadenantes depresivos.

Los síntomas significativos de los niños deprimidos son la sensación de soledad, tristeza, disminución del interés en las actividades que a uno le gusta hacer, muestra aburrimiento, bajo nivel de energía y autoestima. Esta visualización de comportamiento inusual no debe ignorarse. Si sospechamos que nuestros hijos se aíslan de sus compañeros de clase o sus hermanos, hemos de prestar atención y comprobar si manifiestan algún signo de depresión.

Comportamientos que pueden ser síntoma de depresión

  • Ser irritante con la gente sin razón aparente.
  • Agresividad física o verbal.
  • Abandono de sus pasatiempos favoritos, deportes u otras actividades rutinarias.
  • Pasarse el día viendo la TV o jugando a videojuegos sin hacer nada más.
  • Cambios en el comportamientos en el colegio, en las conductas y actividades interpersonales (por ejemplo, le encantaba pintar y jugar con arcilla, pero de repente, ahora se sienta en una
  • esquina, sosteniendo un peluche y chupando el pulgar, o rompe intencionadamente el material escolar).
  • Se queja de estar aburrido constantemente, se comporta de forma letárgica, pierde la concentración y no recuerda datos que antes sabía, como la dirección de casa o el teléfono.
  • Se vuelve disruptivo en clase.
  • Pierde interés en actividades que antes le parecían divertidas.
  • Cambios en los hábitos alimenticios y de sueño.
  • Expresa culpa inapropiada, sentimientos de no ser lo suficientemente bueno, inutilidad, fracaso.
  • Expresa desesperanza y tristeza.
  • Habla de manera monótona o monosilábica.
  • Llora fácilmente, se ve triste, se siente solo o aislado.
  • Tiene miedo de tener que ser perfecto.
  • Se muestra temeroso de hacer algo malo constantemente.

¿Cómo gestionar la depresión de nuestros hijos?

Cuando niños y jóvenes padecen estos trastornos, los padres a menudo nos preguntamos qué lo causó y, lo que es más importante, cómo tratarlo. La investigación médica ha establecido que uno de los tratamientos más efectivos para la depresión son las técnicas de programación basadas en neurolingüística. 

La psicoterapia grupal también es especialmente útil para los jóvenes donde se comparten experiencias comunes. Hoy en día, hay cientos de foros en línea donde los adolescentes deprimidos pueden obtener información o terapias grupales.

¿Medicamentos para curar la depresión de niños y adolescentes?

La medicación no siempre es la panacea en el tratamiento de la depresión, especialmente en niños. Pese a que obviamente en casos extremos pueden llegar a ser la única solución,  las drogas antidepresivas son una tema que hay que tratar con cuidado cuando se las diagnostica a un niño. Algunos antidepresivos pueden ser adictivos, y si les damos pastillas sin control, se podrían volver dependientes de estas drogas para alejarse de la realidad. En este caso, el medicamento antidepresivo se convierte en un factor de riesgo para el niño o el paciente.

Se sabe que el número de niños y adolescentes diagnosticados con depresión en España ha incrementado entre los años 1995 y 2018, y también ha aumentado el uso de medicamentos antidepresivos. El uso de psicoterapia o asesoramiento, sin embargo, ha disminuido.

No todos los tratamientos para las depresiones son los mismos, hay mucha información al respecto, y con un poco de investigación y las recomendaciones del médico de cabecera o un psicólogo especialista, podremos encontrar la solución que mejor se ajuste a cada caso.

Maneras en las que puedes ayudar a tus hijos a sobrellevar la depresión

Una de las cosas que como padres podemos hacer, es conocer la rutina de nuestros hijos y sus actividades diarias, para poder detectar a tiempo cualquier cambio en su comportamiento. Si notamos que nuestro hijo puede estar dando muestras de sufrir una depresión, podemos actuar de la siguiente manera para tratar de ayudarle a sobrellevar su aflicción

  • Escucharles cuando hablan.
  • Escucha su música.
  • Pasar más tiempo con ellos y participar en sus actividades.
  • Llevarlos a películas y conciertos, y charlar sobre ellos después.
  • Conocer a sus amigos y escucharles también.
  • No dar opiniones ni ofrecer consejos no solicitados o ultimatums.
  • No trates de explicarles sus propios sentimientos; en cambio, pregúntales si pueden describirlos.
  • Si es un niño pequeño, pide opinión a los profesores sobre su comportamiento.
  • Responde con amor, amabilidad y apoyo si crees que tu hijo está experimentando problemas que pueden llevar a la depresión.
  • No critiques ni juzgues cuando tus hijos expresan sus sentimientos.
  • Fomenta la actividad y alaba los esfuerzos.
  • Busca ayuda de un médico o profesional de la salud mental si la sensación de depresión no pasa con el tiempo.
  • No esperes a que los síntomas desaparezcan por sí solos. Es mejor buscar ayuda y que te digan que tu hijo está bien, que dejar que tu hijo se convierta en uno de los 70% que nunca recibe ayuda.
  • Los padres de niños deprimidos pueden necesitar apoyo. Busca grupos de padres que tengan experiencia con la depresión en jóvenes para buscar asesoramiento y soporte.

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