A lo largo del día, nos vestimos y desvestimos varias veces; para los niños y niñas esto puede representar una dependencia muy importante de sus padres o cuidadores, ya que son ellos los que llevan a cabo toda la acción, eligen la ropa etc., mientras los pequeños son relegados a un papel totalmente pasivo. Aprender a hacerlo por su cuenta es uno de los pilares fundamentales para que el/la niño/a vaya adquiriendo autonomía, sobre todo a partir de los tres años de edad. La conquista de la autonomía es también un paso hacia una mayor autoestima, ya que se dan cuenta que pueden hacer cosas solos, que son “mayores”.
Rutina y paciencia
Como es evidente, este aprendizaje no se va a dar de un día para el otro, por ello podemos empezar incorporando una serie de nuevas rutinas a nuestro día a día, encaminadas a permitirles que poco a poco vaya vistiéndose solos. Al ir paso a paso e incrementando el nivel de dificultad lentamente, evitamos ponerles un objetivo inalcanzable, lo que inevitablemente les provocará frustración (a veces incluso haciendo que no quieran seguir intentándolo).
Lo principal es que nosotros, como padres, nos armemos de paciencia. Aprender una nueva habilidad no es fácil, y requerirá tiempo. Si por la mañana vamos con prisas porque tenemos que salir de casa, tendremos que gestionar el tiempo del que disponemos de manera que tengamos en cuenta el rato que tarda nuestro/a pequeño/a en estar listo.
Empezaremos por lo más sencillo, e iremos incorporando los elementos de mayor dificultad a medida que el/la niño/a vaya siendo capaz de hacer lo más fáciles.
Autonomía
Debemos evitar interrumpir a nuestro/a hijo/a para ayudarle sin que nos lo pida. Si lo hace, entonces le guiaremos sin llegar a hacerlo en su lugar. Es mejor facilitarles la labor un poco para evitar que se frustren. Asimismo, evitaremos estar corrigiendo o felicitando constantemente. Nuestro rol es el de apoyar y acompañar durante el aprendizaje, sin inmiscuirnos.
Algunos niños y niñas aprenderán antes que otros, pero lo que sí es común a la mayoría es que suelen aprender antes a desvestirse y que las prendas inferiores suelen costarles menos que las superiores. Con lo cual, quitarse la ropa es lo primero que trataremos de conseguir con ellos. Y si tras quitarse la ropa toca bañarse con juguetes, esto los motivará aún más.
Consejos para que aprendan a vestirse solos
Lo ideal sería seguir siempre el mismo orden para vestirse; para ello podemos colocar las prendas en el orden que tienen que ir, o bien diseñar tarjetas con cada paso y pegarlas en la puerta del armario, o al lado del espejo. Trataremos siempre de mostrarles cómo lo hacemos nosotros.
Para la ropa interior, podemos colocarla extendida en el suelo e indicarles qué pierna corresponde a cada agujero. Podemos enseñarles el derecho y el revés guiándolos a través del estampado, las costuras y las etiquetas. Esta técnica también la podemos usar para mostrarles cómo ponerse los pantalones.
Con los calcetines, les enseñaremos cómo los abrimos con ambas manos para después meter el pie y estirar el calcetín.
Las camisetas y los jerséis son prendas algo complicadas de poner. Podemos extenderlos sobre una mesa, siempre a la altura del niño/a y que ellos metan primero los brazos por las mangas hasta que saquen las manos y luego meter la cabeza por el cuello de la camiseta.
Cómo ayudarles a distinguir cada zapato
Por último, para distinguir el zapato izquierdo del derecho podemos poner plantillas de diferentes colores, por ejemplo, o pintar un dibujo diferente en cada suela. Intentaremos comprarles calzado con velcro, ya que atarse los cordones solos es una habilidad que requiere un poco más de destreza y motricidad.
Ya que intentaremos no ayudarles o vestirlos nosotros, podemos facilitarles la tarea intentando comprar ropa que les proporcione autonomía. Ya hemos comentado que es preferible empezar con calzado que se abroche con velcro. De la misma manera, las camisetas deberían tener el cuello ancho y flexible, para que no les cueste meter la cabeza. Los pantalones deberían ser, preferiblemente, de cintura de goma; en el caso de los vestidos es mejor que no vayan abrochados a la espalda y que sean elásticos.
Existen también actividades que permiten a los niños practicar en los momentos en los que no tenemos prisa (como suele suceder cuando nos vestimos). Los bastidores de vestir, por ejemplo, son un buen elemento para aprender a abrochar y desabrochar corchetes, abrir y cerrar cremalleras e incluso atar cordones. Podemos “jugar” a vestirnos y a disfrazarnos, a vestir a un muñeco… Imaginación al poder!
¿Qué hay que evitar cuando enseñamos a nuestros hijos a vestirse?
Hemos comentado qué hacer para ayudarles en este aprendizaje pero, ¿qué es lo que debemos evitar? Fundamentalmente, evitaremos apresurarlos a acabar la tarea y enfadarnos si no lo consiguen; esto solo conseguirá convertir la actividad en algo negativo y frustrar a nuestros niños y niñas. Nunca compararemos a nuestro/a hijo/a con otro. Cada niño tiene su propio ritmo de aprendizaje, y comparar nunca es bueno. Y por último, nunca les negaremos nuestra ayuda cuando la pida, lo que no significa que lo hagamos por ellos sino que les daremos pistas para que ellos mismos descubran dónde está el error y tengan oportunidad de corregirlo sin que nosotros tengamos que intervenir.
¿Cómo hacer que tu hijo aprenda a vestirse?
Resumen
Lidia es nuestra redactora jefa, y hace tiempo que colabora con Monpetit. Mamá de 3 peques con los que aprende a enamorarse de la vida día a día.
